El
éxito de un proyecto corporativo radica en el esfuerzo conjunto, entre otras
razones, porque aprovecha los aportes de diferentes perspectivas.
Trabajar
en equipo no es una tarea fácil porque implica compromiso, tolerancia,
capacidad para escuchar a los demás y, sobre todo, habilidades que permitan
aprovechar e integrar los aportes de cada miembro hacia un objetivo común.
Tener
buenas relaciones interpersonales, cierto nivel de liderazgo, iniciativa y
poder adaptarse a los cambios son competencias necesarias para generar sinergia
en una organización.
Se considera a la organización como un sistema socio
técnico abierto integrado de varios subsistemas, con estas perspectivas, una
organización no es simplemente un sistema técnico o social. Más bien, es la
integración y estructuración de actividades humanas entorno de varias
tecnologías.
La organización es un sistema dinámico que está constantemente
en cambio y en adaptación a las presiones internas y externas, y está en un
proceso continuo de evolución.
El proceso de maduración de un equipo necesita contemplar
aspectos como la realización, que es la identificación de metas por parte de
los miembros del grupo. La responsabilidad, que es el compromiso de sentir como
propio lo que sucede, también se debe tener experiencia porque asimila conocimientos
y habilidades en el trabajo puestos al servicio del grupo y su aprovechamiento.
La potencialización del talento humano es demostrar para
qué es bueno cada uno de los miembros de la organización y asignarles labores
de acuerdos a sus habilidades y conocimientos.
Los conflictos se resuelven a través de una actitud
abierta debido a que el conflicto ocurre naturalmente en el grupo, se maneja
por medio de la discusión abierta.
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